En el Paleolítico las parejas eran monógamas con pocos hijos. Al vivir exclusivamente de la caza no se podía mantener a varias mujeres. La poligamia habría obligado al hombre a cazar más.
Durante la prehistoria, se ha comentado que existió una promiscuidad sexual primitiva.
Con la llegada del judaísmo se dan interacciones interesantes ante la sexualidad. En el Antiguo Testamento, fuente original de la ley judía, se señalan las normas que regulaban la conducta sexual de la época. Así, en Éxodo, en los diez mandamientos, se prohíbe el adulterio, reforzándose en Levítico. Aparece proscrita la homosexualidad en Levítico y aparece el tabú de la desnudez en Levítico y la prohibición del incesto en Levítico. También en Corintios se hace evidente la prohibición del incesto.
En esta cultura, el matrimonio tenía como finalidad la descendencia y la esposa hebrea tenía el “privilegio” de compartir los favores del esposo con otras esposas secundarias.
Las esposas griegas eran unas pequeñas criaturas. Su función era tener hijos. Su vida y función estaba muy relegada. Se le permitía al hombre tener sexo con sus esclavos, hombres y mujeres o con prostitutas. Podía tener concubinas pero sus hijos no heredaban.
Las esposas griegas eran unas pequeñas criaturas. Su función era tener hijos. Su vida y función estaba muy relegada. Se le permitía al hombre tener sexo con sus esclavos, hombres y mujeres o con prostitutas. Podía tener concubinas pero sus hijos no heredaban.
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